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Analistas ven una banca más cauta para 2020, en medio de la incertidumbre social y política.

Chile se encuentra en el puesto 54 de 149 países según el Índice Global de Brecha de Género (2018) del Foro Económico Mundial, pero al observar la dimensión de participación económica, se queda un poco más atrás. Así lo indicó ayer Rosario Celedón, comisionada de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), en la presentación de la decimoctava versión del «Informe de Género en el Sistema Financiero», elaborado por dicha institución.
El estudio, que contempla datos de entre 2002 y 2018, se enfocó en observar las diferencias de género «asociadas al uso de servicios financieros provistos por la banca».
En el acceso al crédito hay un aumento en la cobertura poblacional y, por tanto, una disminución de la brecha. Pese a ello, «el monto de crédito otorgado a mujeres, como porcentaje del monto otorgado a hombres, sigue mostrando una brecha significativa del 59,1% en 2018», indica el informe. En efecto, el saldo promedio de crédito en el caso de la mujeres es de $8,8 millones, y en el caso de los hombres es de $14,6 millones, señala Celedón.
En cuanto al ahorro, se observa un aumento significativo y sostenido del número de productos contratados por mujeres. «En general, las mujeres tienden a ahorrar más. En Chile hay un universo de unas 22 millones de cuentas de ahorro, y por cada 100 que pertenecen a hombres, 140 de esas pertenecen a mujeres», indica Celedón. Sin embargo, «los saldos de las mujeres siguen siendo más reducidos que los de los hombres».
El estudio también destaca que la demanda de servicios financieros de las mujeres tiene un componente habitacional «más significativo que el de los hombres», pues el 60% de sus créditos están asociados a vivienda y el 40% restante refiere a otros créditos, mientras que en los hombres el 57% de los créditos se destina a vivienda y el 43% va a créditos comerciales.
La masificación de la cuenta RUT ha incidido, aseguran, en la administración del efectivo por parte de mujeres, pasando de 62% en 2002 a 95% en 2018.
La integridad financiera refleja que las mujeres «sistemáticamente han exhibido indicadores de morosidad menores que los de los hombres», según el informe. El porcentaje impago de la deuda a corto plazo en las mujeres es de 0,47% frente a un 0,50% en hombres.
El informe también considera a las cooperativas de ahorro y créditos, donde se ve una proporción mayor de mujeres como clientes de dichas entidades frente a la banca, así como también la proporción de mujeres atendidas por las casas comerciales es mayor.
También se evidenció que al adentrarse en productos más complejos, como inversión en bolsa, factoring , leasing , microcrédito, fondos mutuos, APV y seguros, «el conocimiento de la población en general es bajo, siendo aun menor en el caso de las mujeres».
Fuente: El Mercurio (28/01/2020)
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