ARTÍCULO: «El envío de pasteles, helados y chocolates ha aumentado 1.000% con cuarentena»

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El creador de la aplicación «Justo», para despachos de comida a domicilio, habla del boom que este servicio ha tenido con la llegada del coronavirus a Chile.

Hace dos años en un café de Providencia el ingeniero civil informático chileno Nicolás López y su socio Rodrigo Seal idearon la aplicación «Justo». Una plataforma de pedidos de comida a domicilio, (y para llevar), conectada a restaurantes de todas las comunas de Santiago.

Cuando crearon este software, los ingenieros imaginaron que había un nicho importante en Chile, considerando que es un país con frecuencia golpeado por catástrofes naturales. Eso, sumado al auge de los pedidos gourmet, los impulsó a dar vida a esta plataforma. «Queríamos ser una respuesta ante imprevistos de gran dimensión. Y ahora, con el coronavirus, es claro que cada día los chilenos requerirán más comida a la puerta», comenta López.

El ingeniero de la Universidad Adolfo Ibáñez explica que una vez adherido a esta aplicación, cada restaurante accede a su propio canal de ventas online, logística y técnicas de marketing para optimizar sus ventas. Eso, además, les permite optar a un servicio con cerca de 3.000 motoristas. «Somos pioneros, ninguna plataforma en el mundo entrega todos los servicios juntos para restaurantes que despachan comida a las casas», afirma.

López dice que cuando alguien pide comida a domicilio ingresa a esta aplicación y accede a un listado de más de 500 restaurantes. «Ahí encuentra las páginas web que elaboramos para cada local. Los restaurantes pueden mantener los datos de sus clientes confidencialmente, editar su menú, recibir reservas de mesa, crear cupones de descuento y enviarles notificaciones por mail a sus clientes», dice.

Dulce al alza

La aplicación comenzó a operar en diciembre de 2018 y hoy procesan mensualmente decenas de miles de pedidos. ‘La bautizamos ‘Justo’, pues apoyamos a repartidores, restaurantes y consumidores. Contamos con más de 200.000 clientes», cuenta.

Y para apoyar al sistema de entrega a domicilio, este software utiliza un método similar al de UberEats, donde los motoristas se registran y reciben los pedidos solicitados por los restaurantes. ‘Desarrollamos un mecanismo especial para que nuestros repartidores ganen el doble por cada viaje», dice.

Mientras la cuarentena total se prolonga una semana más en las comunas de Las Condes, Santiago, Lo Barnechea, Providencia y Ñuñoa, López y su equipo trabaja «día y noche’ para satisfacer las demandas de los consumidores. «Hemos incrementado nuestros pedidos en un 200%», dice.

Y añade que el compromiso de la aplicación con la industria es ‘total». El ingeniero comenta que desde que se detectó el 3 de marzo en Santiago el primer caso de coronavirus, los pedidos aumentaron un 60%.

Pero ese incremento decreció levemente con el toque de queda: «Los restaurantes se vieron obligados a cerrar más temprano», sostiene.

La plataforma está muy activa en locales como chocolaterías, heladerías y cafeterías. Un segmento que a López le sorprende por la explosiva demanda que han tenido. ‘Quizás por la ansiedad del encierro los envíos de pasteles. helados y chocolates han aumentado más de mil por ciento en esta cuarentena», cuenta.

Sushi y veganos

Pero además, advierte, hay una tendencia a privilegiar restaurantes de nicho. «Han crecido los pedidos de sushi para embarazadas, o comida especial vegana. Las mujeres piden más que los hombres, y las edades van entre los 25 y 40 años».

-La OMS recalca que la seguridad alimentaria siempre es relevante, pero en medio de esta pandemia, ¿es seguro pedir comida a domicilio?

-Hay una responsabilidad compartida. Los restaurantes son cuidadosos con la limpieza y salud de su personal. Si hay un trabajador infectado, ese local debe cerrar por catorce días. También, están preocupados de la movilización de sus empleados para evitar el contacto con contagiados. Los repartidores tienen alcohol gel y se lavan las manos antes y después de cada entrega. Nosotros implementamos la entrega sin contacto, donde el conductor deja la comida en la puerta del cliente sin acercarse a él. No hemos recibido información de ningún restaurante donde algún trabajador o motorista haya sido contagiado de coronavirus.

-Pero el riesgo no está en los repartidores ni en la comida, sino en los incontrolables factores que intervienen en la cadena para que este contagio se produzca.

-Lo óptimo para evitarlo es no tener contacto con el exterior. Pero la gente necesita comer y es muchísimo más seguro para todos que te lo lleven a tu casa en vez de salir a comprar. Hasta hoy, no hay certeza científica de que el coronavirus se transmita por los alimentos. Sí, hay bacterias, hongos y levaduras que crecen en la comida y que nos pueden generar infecciones. Pero el covid-19 no lo hace. En ningún país ha dejado de funcionar el delivery, ni siquiera en China.

Fuente: La Segunda (04/04/2020)
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