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Grupos Lessman y Del Río crearon Ecovalor, empresa de reciclaje que valoriza baterías, neumáticos y otras piezas.

La batería del auto que cambiamos cada cuatro años, los neumáticos pinchados y hasta una radio fuera de servicio son catalogados como basura automotriz. Sin embargo, estos desperdicios podrían ser muy valiosos con la entrada en vigencia de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), norma que fue promulgada en 2016 y que obliga a los fabricantes a responsabilizarse de sus productos hasta el fin de su vida útil; es decir, hasta que el producto se convierta en residuo y su materia prima vuelva a la vida en un nuevo producto.
En Chile, la REP rige también para la industria automotriz que este año venderá alrededor de 400 mil vehículos. Cada año el parque automotor produce 80 mil toneladas de desechos de neumáticos, 160 mil toneladas de lubricantes en desuso y 32 mil toneladas de baterías. En el caso de estas últimas, el plomo —su principal componente— es procesado y exportado para producir nuevas baterías.
Copiar lo bueno
Pero siete años antes de la entrada en vigencia de la ley —que en caso de no cumplimiento contempla multas de hasta US$ 9 millones para las empresas que no reciclen— ejecutivos de Derco y Gildemeister, las principales automotoras del país, vieron en España cómo la industria de la basura automotriz podría ayudar a cumplir la REP, cobrar a otras empresas por ello y, de paso, generar recursos al vender componentes a plantas procesadoras. Ya en 2010, España llegaba a recuperar hasta el 87% del peso total del vehículo.
Una vez realizados los cálculos aterrizados a la realidad chilena, la idea de los ejecutivos fue presentada a las empresas controladas por las familias Del Río (Derco) y Lessmann (Gildemeister). Se aprobó y así nació Ecovalor, que opera como una gestora para la recolección de baterías, neumáticos y lubricantes, entre otros desechos.
Su gerente general, Pedro Álamos, explica que tienen 250 puntos de recolección en todo el país instalados en talleres, retailers y empresas de transporte, los que reciben los desechos de los autos de sus clientes. Luego Ecovalor los retira y vende a plantas procesadoras.
“Ambas empresas fundadoras han tenido el lineamiento desde sus directorios en cuanto a ser empresas sustentables; hay una preocupación por el medio ambiente”, comenta Álamos. Explica que hay residuos que tienen un valor positivo y otros, negativo, dependiendo de si el material se puede volver a usar. Por ejemplo, las baterías son el desperdicio más reutilizable.
“La batería es 98% reciclable. Está compuesta por plomo, plástico y ácido. El plomo y plástico se pueden reciclar infinitamente. En el caso de los lubricantes, se pueden utilizar para realizar combustibles alternativos para calderas y en el caso de los neumáticos, es un poco más complejo, pero puede venderse el gránulo de caucho para canchas de fútbol, juegos infantiles y también se utiliza para fabricar asfalto. Ahí estamos en conversaciones con el MOP para explorar alguna posibilidad de negocio”, comenta el ejecutivo quien agrega que dentro de sus clientes figuran Sodimac, Easy y otras automotoras como Kaufmann.
Industria creciente
A nivel país, la REP contempla metas para cada desecho, las que irán entrando en vigor gradualmente.
Por ejemplo, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, dijo el año pasado que, a 2021, será una obligación para las empresas recolectar el 50% los neumáticos que se introducen al mercado y reciclar el 25%. La idea es llegar al 90% en 2028.
“Hoy la capacidad que tenemos nos permite procesar el 12% de las 80 mil toneladas de neumáticos que se producen. Necesitamos que esta industria crezca, eso incluso nos ayudará a atraer a nuevos inversionistas”, comenta Álamos.
Desde el Ministerio del Medio Ambiente, aseguran que la industria automotriz tiene un gran potencial en el manejo de residuos. Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular de la cartera, comenta que en los próximos meses será ingresado a la Contraloría General de la República el reglamento transfronterizo que permite exportar los residuos que genera esta industria.
“Es un gran desafío para la industria automotriz, ya que cinco de los seis productos se relacionan con el sector. Baterías, aceites lubricantes y neumáticos directamente. Pero además, tanto aparatos eléctricos y electrónicos, como envases y embalajes tienen un nivel de incidencia en la operación”, sostiene González.
Entre los fabricantes, las tendencias ecofriendly también comienzan a emerger. La bandera la lleva Ford. Desde 2009, la firma de Detroit dispuso para todos sus proveedores de textiles que las telas utilizadas para la manufactura de asientos y paneles de puertas debían contener al menos 25% de materia prima proveniente de botellas de PET reciclada. Actualmente, Ford recicla 1,2 billones de botellas de plástico cada año para piezas de vehículos.
En la misma línea, en junio de 2018, la sueca Volvo anunció su intención de que, a 2025, el 25% de los plásticos que se usen en sus modelos sean reciclados.
Fuente: La Segunda (10/06/2019)
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